¿Las primeras monedas con valor facial?
En Europa, no en el mundo (follis de Justino II, s. VI)
Durante este tiempo de obligado confinamiento tenemos afortunadamente más tiempo para reflexionar. En casos como el mío puedo darle alguna vuelta a artículos anteriores, como el último en el que tuve ocasión de describir una de las mayores novedades aportadas por la moneda bizantina, que no fue otra que incluir el valor facial del circulante de cobre en el reverso, utilizando diferentes letras. A ojos occidentales esto puede parecer un avance, un paso más en la evolución numismática que mucho tiempo después se generalizaría en los sistemas monetarios europeos. Para los habitantes del mundo chino, sin embargo, esto no habría supuesto ninguna novedad dado que el estado de Qi al noroeste ya lo había puesto en práctica mucho antes en sus monedas. 


La numismática china posee una notable coincidencia con la europea: su fecha de origen. Las primeras monedas-azada chinas surgen más o menos al mismo tiempo que las estáteras de Lydia en Asia Menor, alrededor de los siglos VII-VI a.C. No obstante, las coincidencias no van mucho más allá. Las primeras monedas chinas, con sus curiosas formas de azadas, cuchillos o cauríes, imitaban objetos seguramente utilizados como forma de pago mucho tiempo atrás. Además, y esto es especialmente relevante, se trataba de un circulante casi exclusivamente basado en el cobre, lo que le dotaría durante siglos de un carácter marcadamente fiduciario. Al no tener un alto valor intrínseco, el valor de las monedas en el mundo chino será exclusivamente aquél que le confieran las autoridades emisoras, sin importar su peso o contenido metálico. 

El momento en el que surge la moneda en China, entendida ésta como una pieza metálica emitida y validada por una autoridad, destinada a facilitar el pago de bienes y servicios y circular en un determinado ámbito geográfico, se produce durante la transición entre los periodos conocidos como "Primaveras y Otoños" (771 a.C. – 479 a.C.) y  "Reinos Combatientes" (479 a.C. – 221 a.C.). Este medio milenio se caracteriza por una progresiva decadencia y disolución del poder de la dinastía Zhou, de carácter marcadamente feudal y descentralizado, en el que el emperador es propietario nominal de todas las tierras debiéndole lealtad una nobleza que ejerce su propio poder de forma efectiva sobre sus territorios y áreas de influencia. Al mismo tiempo y como consecuencia de lo anterior, el mundo chino clásico presencia el ascenso de una serie de reinos que se enfrentarán entre sí de forma constante en un complejo juego de alianzas y contrapesos con el fin de afirmar su supremacía sobre los demás. Pese a que puede parecer que fue un periodo convulso, se produjeron en estos reinos y estados notables avances en cuanto a procesos de urbanización y desarrollo del comercio, factores decisivos que explican en gran medida la necesidad de contar con un instrumento como la moneda. 

Los "Reinos Combatientes" (Cast Chinese Coins, D. Hartill)
Este surgimiento de la moneda en Asia oriental no fue ni mucho menos uniforme. Si echamos un vistazo al mapa de la derecha, las monedas-azada dominaron los reinos de la llanura central (Zhou, Lu, Song o Wei) mientras que las monedas-cuchillo se impusieron en los estados del norte, muy notablemente en Yan y Qi. Este último, situado en lo que hoy es hoy la provincia de Shandong, logró un avanzado nivel de desarrollo gracias al comercio de la sal, el pescado, las sedas y los metales, así como a su dominio de la metalurgia del hierro. 

Si bien las evidencias arqueológicas demuestran que las monedas-azada (bu 布) encontraron gran aceptación en lugares más allá de la llanura central, no ocurrió lo mismo con las monedas-cuchillo (dao 刀), cuya circulación fue más limitada geográficamente. Las primeras monedas-cuchillo de los reinos de Qi y Yan de los siglos IV-III a.C. medían alrededor de 15-16 cm y pesaban aproximadamente 14 g. Presentaban un filo curvo terminado en punta, con un mango decorado con surcos y rematado por un anillo. Las inscripciones que las diferenciaban de los cuchillos corrientes eran por lo general menos variadas que las de sus contemporáneas bu del sur, dominado por numerales, signos cíclicos y distintos bienes como cordero o pescado. Se componían mayoritariamente de cobre, pero en menor proporción que las monedas-azada, alrededor de 60-70 %, con una mayor cantidad de plomo. 

Las monedas-cuchillo emitidas por el reino de Qi merecen un lugar especial en la historia del dinero chino ya que formaban parte de un sistema monetario que podría calificarse como "nacional", en palabras de François Thierry (Les Monnaies de la Chine Ancienne, 2017). El sistema monetario de Qi era totalmente fiduciario y centralizado, con unas unidades monetarias que expresaban valores faciales independientemente de sus dimensiones, peso o contenido metálico. Sus dao principales, de alrededor de 18 cm y un peso de 45-50 g. expresaban en el reverso  un valor de 30 yi, siendo el yi una medida equivalente a una doble ligadura de cauries. Complementando estas monedas de mayor valor, se emitieron monedas redondas con agujero central de 6, 4 y 1 yi, sin que exista ninguna correlación entre su valor facial y sus pesos y tamaños. Los anversos de los dao, por su parte, contenían, además de alusiones a su lugar de emisión, los caracteres fa hua (法化), que pueden traducirse como "moneda legal". 


Monedas de 4 y 6 hua de Qi (Les Monnaies de la Chine Ancienne, F. Thierry)
s. III a.C. El numeral es el carácter de la izquierda, hua el de la derecha

Tal y como señala Thierry, las piezas redondas de un yi pesaban alrededor de 2,5 g, las de 4 yi de 5 a 6 g. las de 6 yi, de 6 a 9 g. Los grandes cuchillos de 30 yi podían pesar entre 45 y 50 g. Por tanto, no solo no existía uniformidad en el peso de las monedas, sino que tampoco podía encontrarse una correlación  entre sus pesos y valores faciales. Un sistema fiduciario en toda regla, en el que los valores faciales venían expresados con numerales chinos, tal y como podemos apreciar en la imagen: 1, 4  y 6 六. 

La inclusión del valor facial con numerales será una constante en la emisión de moneda en el lejano oriente. El emperador Wang Mang, a principios del siglo I d.C. lo llevó a la práctica con su controvertida reforma monetaria y durante el siglo III distintos reinos surgidos tras la caída de la dinastía Han repetirán esta medida, en un contexto de clara decadencia monetaria. Aún así, tuvo lugar cientos de años antes de que los enormes bronces bizantinos mostraran su valor facial. Poco podía sospechar el emperador Anastasio que esta idea ya se les había ocurrido a los habitantes de un mundo del que prácticamente no había oído hablar.   





Les Monnaies de la Chine Ancienne, F. Thierry, Les Belles Lettres, Paris 2017



Cast Chinese Coins, A Historical Catalogue, D. Hartill, Trafford 2005

Early World Coins & Early Weight Standards, by Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009

Ceinos, P. "Historia Breve de China", Sílex Ediciones S.L. Madrid, 2006



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